Redacción AP
Genaro Antonio Vega Pérez fue
salvajemente golpeado, luego arrastrado por más de cien metros, para después rociarlo de gasolinera y prenderle fuego. Vega originario de Nicaragua y
radicado en Costa Rica, se convirtió en víctima de odio que transpira la
sociedad machista y patriarcal.
Las autoridades de Costa Rica indicaron
que Vega trabajaba como salonero en un reconocido hotel de Guanacaste. Se presume que el ataque fue en horas de la madrugada cuando la víctima se
dirigía a su casa en el sector conocido como Potrero.
Aunque en varios lugares de la zona
donde fue encontrado moribundo hay cámaras de seguridad, ninguna funcionaba,
por lo que la policía continúa las investigaciones.
Genaro, fue identificado por las
autoridades por la cédula de residencia que portaba, ya que gran parte de su
ropa y cuerpo estaban calcinados.
Por su parte, organizaciones y
colectivos de la diversidad sexual realizaron una vigilia en la Plaza de la
Democracia en San José, activistas y defensores de derechos humanos
del colectivo LGBTIQ+ y de sociedad civil nicaragüense repudiaron el atroz
crimen del que fue víctima el nicaragüense.
“Los crímenes de odio en contra
de las personas LGBTIQ+ son hechos que ocurren a diario en la región y,
especialmente, en los países centroamericanos, en dónde no hay voluntad real de
los Estados en garantizar el cumplimiento de los derechos de la población
LGBTIQ+”, indican en un documento.
En el pronunciamiento, pidieron a
las autoridades costarricenses la condena de este hecho y se tipifique el caso.
“Se movilicen a todas las
unidades especializadas para dar con el paradero de las personas responsables,
intelectuales y materiales de este crimen de odio. A las instancias
internacionales de Derechos Humanos, solicitamos que documenten la violación a
los derechos humanos de las personas LGBTIQ+, que día a día escala con niveles
de violencia vistos en tiempos de exterminio”, señalan.
Pobladores de Puerto Momotombo, en
el municipio de La Paz Centro, departamento de León, informaron que la víctima
es oriunda de la comarca Miralagos. “El viajó a
Costa Rica a trabajar para salir adelante, lo que le han hecho es una
canallada, debe de haber justicia” dijo “Marta” vecina de la familia de Genaro.
El Servicio Jesuita para Migrantes en Costa Rica se ha sumado a la solicitud de las organizaciones y colectivos de la diversidad sexual y piden una “investigación seria y exhaustiva por parte de las autoridades costarricenses”.
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