El periodista y abogado de 55
años, Roberto Toledo, ha fallecido este lunes en el municipio de Zitácuaro,
convirtiéndose en el cuarto periodista asesinado en México en los últimos 21
días. Tres individuos armados lo han sorprendido en el parking de su oficina y
han disparado varias veces contra él, antes de darse a la fuga. Toledo seguía
consciente cuando los servicios de emergencia han llegado hasta el lugar del ataque,
pero, finalmente, ha perdido la vida mientras era trasladado al hospital. Según
ha denunciado Armando Linares, director de 'Monitor Michoacán', Toledo
había denunciado previamente amenazas de muerte y se encontraba bajo la
protección del gobierno federal.
"Nosotros no estamos
armados, no tenemos armas, nuestra única defensa es una pluma y una
libreta. Lamentamos este hecho y lo condenamos, hay nombres, sabemos de dónde
vino", ha asegurado Linares en un vídeo subido a las redes sociales.
Visiblemente emocionado, el director de 'Monitor Michoacán', medio donde
colaboraba frecuentemente Toledo, ha insistido en que "no vamos a dejar
las cosas así. Hoy finalmente las amenazas se cumplen, hoy perdió la vida
nuestro compañero a manos de tres personas que llegaron y le dispararon de
manera ruin, de manera cobarde".
A través de sus publicaciones en
'Monitor Michoacán', Toledo había denunciado diversas tramas de corrupción
política registradas en Zitácuaro. Linares sostiene que esas
investigaciones provocaron su asesinato, "exhibir corrupciones de
gobiernos corruptos, de funcionarios y políticos corruptos, nos llevó a la
muerte de uno de nuestros compañeros". El estado de Michoacán, donde se ha
producido el ataque, es uno de los puntos más calientes de todo México, con
2.732 asesinatos registrados en el año 2021. La guerra por el control del
territorio ha convertido este estado del interior del país en escenario de
cruentas batallas entre el Cártel de Jalisco Nueva Generación, La Familia
Michoacana, Los Caballeros Templarios y diversos grupos de autodefensa
locales.
La muerte de Toledo eleva a
cuatro la cifra de periodistas mexicanos asesinados en las últimas tres
semanas: José Luis Gamboa, en Veracruz, el pasado 10 de enero; Margarito
Esquivel, el 17 de enero y Lourdes Maldonado, el 23 de enero, ambos en Tijuana. En medio
de duras críticas por su falta de apoyo al gremio, el gobierno de Andrés
Manuel López Obrador ha mostrado su condena a este ataque a través del
portavoz de la Presidencia, Jesús Ramírez: "trabajaremos en conjunto
con el gobierno estatal y municipal para esclarecer el caso; no permitiremos la
impunidad".
En México, solo uno de cada diez
asesinatos de periodistas termina con sus responsables entre rejas, una
circunstancia que, tal y como denuncian los organismos defensores de la
libertad de expresión, se ha convertido "en una invitación para
seguir matando". Según 'Artículo 19', el país azteca se ha consolidado
como uno de los lugares más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo,
con 149 asesinatos registrados desde el año 2000, 29 de ellos durante el
mandato de López Obrador. El líder mexicano se ha convertido en el centro de
las críticas del gremio por su falta de apoyo hacia los periodistas amenazados
y sus continuos ataques contra aquellos que le critican desde los grandes
medios de comunicación.
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