Margaret Randall, amiga cercana de Nicaragua ha
firmado una carta pública de solidaridad con nuestro país, junto a 499 personas
estadounidenses más que estuvieron en Nicaragua haciendo diferentes cosas por
el país y que apoyaron la revolución de los años 80, hoy activistas anti intervencionistas,
de solidaridad progresista, hacen un llamado al régimen Ortega-Murillo para
que:
● Libere a los más de 130 presos y presas
políticos que se encuentran actualmente detenidos, incluidos las y los
precandidatos, integrantes de la oposición y líderes históricos de la
revolución sandinista.
● Prescinda y anule la draconiana ley de
seguridad nacional en virtud de la cual estas personas fueron arrestadas, y
otras leyes represivas recientemente aprobadas.
● Negocie reformas electorales que garanticen
elecciones libres y justas que permitan a las y los pre-candidatos actualmente
detenidas/os postularse, y que éstas sean observadas internacionalmente.
Mary Ellsberg, una de las firmantes de la
carta, conocida en muchos ámbitos en Nicaragua por su investigación “Confites
en el infierno” que analiza la violencia contra las mujeres, la cual realizó en
conjunto con médicos de Universidad Nacional Autónoma de León, explica por qué
firmó la carta pública.
En la carta las personas estadounidenses dicen
que les sorprendió y horrorizó “la respuesta letal del régimen Ortega-Murillo a
las protestas, la represión política cada vez mayor a la sociedad civil, y la
violación de los derechos humanos y constitucionales básicos del pueblo
nicaragüense.
Conocen que en las últimas semanas el régimen ha
buscado callar cualquier disidencia, lo cual les causa indignación. Sienten indignación
también por el arresto y la detención de cinco posibles candidatos prominentes
de la oposición a las elecciones programadas para noviembre de 2021. También lo
sienten por el arresto de activistas, líderes de la sociedad civil y de la
oposición, incluyendo líderes revolucionarios históricos Dora María Téllez,
Hugo Torres y Víctor Hugo Tinoco.
Para las y los estadounidenses el gobierno
Ortega-Murillo no representa los valores, principios y objetivos de la
revolución que alguna vez admiraron, y “traiciona la memoria de decenas de miles
de nicaragüenses que murieron por una Nicaragua democrática en la que su pueblo
pueda elegir libre y justamente quién debe gobernarles”.
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